UN MONSTRUO INVISIBLE ANDA SUELTO

Dra. Sandra Valenzuela Arellano
@sansansan

Un monstruo anda suelto en la ciudad. Aunque ocupa mucho espacio, lo hemos dejado de ver, y eso lo hace fuerte y poderoso. En México, es el principal asesino de niños. Si no los mata, los enferma de alergias y enfermedades respiratorias.

El monstruo promueve que la gente se quede muy quieta, silenciosamente ordena: ¡Alto ahí! Entonces las personas se quedan muy ansiosas sentadas sin moverse, lo que provoca que se enfermen de estrés, depresión, enfermedades del corazón, de la sangre y la memoria.

Al monstruo le gusta mucho devorar el espacio urbano. Como es glotón, nunca es suficiente para él. Por insaciable, es obeso y no cabe en ningún lugar. Crece y crece mientras deteriora y contamina todo por donde pasa. Mata a los árboles, las plantas, devora parques, tapa el sol, destruye banquetas y genera residuos tóxicos.

El monstruo es poderoso y dominante. Como no lo vemos, nadie nota el daño que nos hace a nosotros y a nuestros niños. El gran reto es que para vencer al monstruo, hay que verlo, y para eso hay que quitarse los lentes de los prejuicios. Los prejuicios son ideas fijas que aunque falsas, las abrazamos como verdaderas, aunque nos hagan daño. Duele mucho quitárselos. 

Se puede vencer al monstruo. En otros lugares ya se ha hecho. Podríamos tener una ciudad más suave, segura, amigable, incluyente con niños y abuelos, con más áreas verdes, menos enfermedades, trayectos más rápidos, personas más activas, más sanas y más felices.

Si accionamos para ver al monstruo, ganaríamos en salud, equidad, sustentabilidad y felicidad. ¡Vale la pena! Por eso voy a contarte quién es, para que puedas verlo y tengamos una mejor ciudad. Pero como quitar prejuicios duele, te pido que respires hondo y abras tu mente.

El monstruo es el COCO-CHE, es decir, usar el automóvil particular para moverse en la ciudad. Según INEGI la principal causa de muerte infantil en México (1-14 años) son incidentes viales y nueve de cada diez, son culpa del conductor. En la Zona Metropolitana del Valle de México, ZMVM, cada coche particular transporta un promedio de una persona (1.3), pero requiere 100m2 para moverse. En la ZMVM solo dos de cada diez viajes son en coche, pero obtienen la mayor parte del espacio público. Todos subsidiamos al coche, aunque seamos del 80% de viajes que no los utiliza.

Estudios realizados por el King’s College de Londres demostraron que el aire más contaminado se respira en el asiento de atrás de los coches, lo que genera enfermedades respiratorias en niños y adultos. Estos estudios comprobaron que llegar a la escuela caminando, en camión o en bicicleta ayuda al aprendizaje, contrario a los niños sedentarios que llegan en coche. Los niños que caminan tienen una mejor comprensión de su entorno y memoria espacial. Caminar en espacios con árboles y banquetas dignas, lejos de vías exclusivas para coche, disminuye el riesgo de depresión, demencia y Alzheimer. Respirar las partículas que desprenden los coches, aumentan estos riesgos.

Es posible moverse bien en las ciudades sin automóvil particular. Para que eso suceda, se deben crear, confinar y respetar carriles exclusivos para el transporte público. Se debe otorgar espacio y dinero para que las banquetas y el transporte público sean lo más digno, bello y eficiente. Todo a nivel. Eso incluye que dejemos de subsidiar al coche y le demos el espacio que le corresponde proporcionalmente: 20%.

¿Cómo apoyar? Se consciente que “El coche es el cigarrillo de las ciudades”. Transportar a tus hijos en coche es lo peor para sus pulmones y cerebros. Es la movilidad más contaminante, estorbosa, sedentaria y dañina. Que tu coche te cueste muy caro y lo quieras mucho, no cambia esos hechos. 

Lee el reglamento de tránsito y respétalo. No invadas banquetas, cruces, ciclovías ni carriles exclusivos para el transporte público. Apoya la construcción de metrobuses y ciclovías confinadas. Si no hay congestión ahí, no es porque no muevan personas, sino porque como es más eficiente, no hace tráfico. Si no cabes ni avanzas es porque tu vehículo es obeso e ineficiente. El tráfico lo haces tú con tu coche de más de una tonelada para transportar menos de dos personas. 

Veamos y nombremos al monstruo. Solo así podremos vencerlo. La consecuencia será tener más salud y felicidad; menos muerte, depresión, enfermedad y demencia para tus seres queridos.