LA NIÑEZ, LA MOVILIDAD ACTIVA Y SEGURA
Itsi Alveano Aguerrebere
Por supuesto, la vida de niñas y niños debe considerarse sagrada. Sin embargo, en la mayoría de las ciudades mexicanas, las muertes infantiles en las calles se consideran una externalidad normal de la modernidad y el desarrollo urbano. La niñez que camina o pedalea tiene que correr literalmente por sus vidas para no morir atropellados por vehículos motorizados que circulan a gran velocidad. Marco Lior Steinberg dijo: «No pongas de excusa el tener una hija por la necesidad de comprar un coche. Culpa a los dirigentes de tu ciudad por hacer difícil o imposible ir en bicicleta o caminar de forma segura con niñeces».
A los dirigentes de la mayoría de las ciudades de México, no les importa priorizar la movilidad de un lado a otro de las personas. Lo que les importa es el flujo vehicular -prueba de ello son los distribuidores que se construyen hoy día- porque piensan que añadiendo más carriles vehiculares se resolverá el problema de la congestión. Es como pensar que se resolverá el problema de la obesidad ampliando el cinturón. No han adoptado políticas de Visión Cero y de ciudades a escala humana. No hay una política pública fuerte y decidida de movilidad activa segura. Para garantizar la movilidad segura en bicicleta de niñas y niños no son suficientes carriles bici pintados, son necesarios carriles bici protegidos y segregados, más aún, es necesario bajar las velocidades de los vehículos mediante diseño de calles a escala humana.

Los neerlandeses, incluidos los niños y a veces incluso toddlers, van en bicicleta porque la infraestructura (el diseño de calles) les permite hacerlo con seguridad. El recorrido medio en bicicleta en los Países Bajos es de 1.000 km al año, aunque el de los adolescentes duplica esa distancia. (La Bicicleta) «Aunque es una herramienta simple, es tanto la causa como el efecto de numerosos y complejos fenómenos sociales, y técnicos» (Marco Te Brömmelstroet). Los coches fueron una vez el modo dominante, pero entonces la muerte de niñas y niños en las calles sacó a la gente a la calle para protestar. «Yo era una joven madre que vivía en Ámsterdam y fui testigo de varios accidentes de tráfico en mi barrio en los que resultaron heridos niños», recuerda Maartje van Putten en el artículo de The Guardian “Cómo Ámsterdam se convirtió en la capital mundial de la bicicleta”.
Dinamarca, por otro lado, está totalmente cubierta por una red de carriles bici completos, coherentes, conectados y cómodos. Allá entienden que la bicicleta no es sólo una forma sana y ecológica de desplazarse sino es más barato, seguro y fácil que otros modos. Además entienden la importancia de la movilidad activa en niñas y niños para su desarrollo integral. Sin embargo, no siempre ha sido así. A veces, hay que hacer un esfuerzo especial para dejar atrás un punto de vista adultocéntrico y pensar desde la perspectiva de una niña o niño. Desde la perspectiva de la niñez me refiero a la capacidad reconocida a los niños -como sujetos de derechos- de expresar sus opiniones y experiencias con sus propias palabras. Es necesario promover activamente la participación e interacción de la niñez en el espacio público para mejorar su bienestar y permitirles moverse de forma activa: «Los niños pueden y deben participar siempre que se tomen decisiones urbanas que les conciernen» (Tonucci).
Debemos revisar la historia global de la vibrante, diversa y cotidiana práctica de la movilidad activa y segura e integrar las perspectivas de la niñez cuyas muertes viales siguen siendo consideradas efectos colaterales. Esto fomentará el (re)diseño de calles en donde el eje de la decisión será la persona (la persona pequeña especialmente) y no el automóvil.
Share this content: